En México, se estima que una de cada 4 personas padecen de presión arterial elevada, de las cuales, el 40 por ciento desconoce su diagnóstico; quienes se conocen con el padecimiento, solo el 50 por ciento se encuentra en control.
La hipertensión arterial es también el factor de riesgo modificable más importante para el desarrollo de patologías cardiovasculares.
Por ejemplo, se pueden atribuir a la presión arterial elevada el 47 por ciento de las enfermedades isquémicas del corazón y hasta el 54 por ciento de los eventos vasculares cerebrales.
Su relación con las siguientes patologías es clara: falla cardiaca, fibrilación auricular, enfermedad arterial periférica, demencias y enfermedad renal crónica (ERC).
Existe una asociación continua entre mayores valores de presión arterial y riesgo incrementado de eventos cardiovasculares. Esta relación comienza desde cifras de presión 115/75 mmHg. De hecho, en 2018, la Asociación Americana del Corazón (Por sus siglas en inglés, AHA) fue más estricta y reclasificó el diagnóstico de hipertensión arterial sistémica, con cifras iguales o superiores a 130/80 mmHg para considerar a una persona hipertensa.
¿Qué causa que una persona tenga cifras de presión arterial anormalmente elevadas?
Los determinantes para el desarrollo de hipertensión arterial en el 90 a 95 por ciento de las ocasiones, son múltiples como en diversas enfermedades y no pueden ser atribuidas a un único factor. Sin embargo, existen condiciones que incrementan la probabilidad de desarrollar hipertensión.
Por ejemplo, la edad, la predisposición genética y principalmente, estilos de vida no saludables como la obesidad, consumos excesivos de sal, alcohol, tabaquismo y una vida sedentaria.
Las cifras de presión arterial están expresadas como la razón de la presión arterial sistólica (presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando late el corazón) y la presión arterial diastólica (la presión que se ejerce cuando el corazón se relaja).
Es frecuente encontrar preocupación y nerviosismo cuando se obtienen cifras de presión arterial elevadas en casa. Sin embargo, realizar el diagnóstico de hipertensión arterial requiere de una medición con técnica adecuada y debe confirmarse con al menos tres determinaciones en el consultorio.
Una medición aleatoria con dispositivos no validados y en circunstancias no controladas como la casa no es suficiente y debe corroborarse con una evaluación a conciencia por un médico. Y lo que es más importante, el beneficio e intensidad del tratamiento deben y estarán dictados por el riesgo cardiovascular que guarde la persona y no solamente por una cifra de presión.
La hipertensión arterial es habitualmente asintomática. Es por ello que la mayoría de las personas deberían de evaluar regularmente sus cifras de presión en un consultorio como medida preventiva. En caso de ser elevadas, confirmarse y valorarse para saber si existe daño a órganos sensibles como el corazón y el riñón.
Y usted ¿conoce sus cifras de presión arterial?
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Autor: Dr. Edgar Solis – Nefrólogo